Los chips RFID, un peligro para nuestra intimidad
"El código de barras de los productos tiene los días contados y algunos piensan que el derecho a la intimidad de las personas también. Una nueva forma de etiquetar las cosas, pero también a los animales y los seres humanos, se está colando en nuestras vidas. Las empresas de tecnología, las que lo están fabricando, lo llaman RFID, identificación por radiofrecuencia. El resto de sectores, los que las compran y pegan a sus productos, las denominan etiquetas inteligentes. Los defensores de los derechos civiles prefieren llamarlos chip espías. Millones de diminutos Grandes Hermanos adheridos a cada cosa que se compre." - Miguel A. Criado (El Mundo).
Desde su aparición se esta intentado vender la tecnología RFID como una evolución de los códigos de barras. La caja de cereales que compramos todas las semanas en el supermercado, por ejemplo, puede llevar un chip minúsculo con información sobre la marca, el precio y la fecha de caducidad. Pero además la caja de cereales queda identificada por el chip de forma única, es decir, que el cajero sabrá exactamente qué caja hemos cogido, no la de la derecha, ni la de la segunda fila, sino exactamente la que tenemos.
Bueno, tampoco es para tanto, pensarán algunos. Hasta aquí no, pero el problema viene cuando salimos del supermercado, ya que el chip sigue emitiendo, incluso desde nuestra casa. Si todo lo que compramos se encontrara identificado por un chip, cualquiera con el lector adecuado podría saber qué ropa tenemos en el armario, qué comemos, la marca de nuestra televisión o de nuestros preservativos (incluso con un examen periódico podría determinar la frecuencia de actividad sexual).
Quizás suene exagerado, pero no lo es tanto. Wal-Mart, primera empresa del sector de las grandes superficies en el mundo, ha anunciado a sus suministradores que en 2005 todo lo que le envíen debe llevar las etiquetas inteligentes. La francesa Carrefour, la alemana Metro y la británica Tesco ya lo están ensayando. Para empresas y consumidores las ventajas son muchas, ya que podremos hacer la compra y pasar por caja sin necesidad de sacar la compra del carrito, evitando la cola de la compra por todos conocida, y no será necesario tener un dependiente en cada caja con el consiguiente ahorro de salarios, aunque seguramente eso no hará bajar los precios de los productos (como en la gasolineras en las que te pones la gasolina tú mismo).
También se esta empezando a usar con las personas. En Dollywood's Splash Country, el parque acuático de Dolly Parton, los niños llevan una pulsera con un chip RFID que permite tenerlos controlados en todo momento mientras los padres descansan tranquilamente. Este mismo año, nada menos que los 40 parques temáticos que hay en Estados Unidos seguirán el ejemplo de Dollywood.
¿Y qué me dicen de noticias como esta? "La discoteca catalana Baja Beach Club celebrará su séptimo aniversario con la presentación del primer sistema de identificación implantado bajo la piel. El chip digital permitirá a su portador evitar presentar el DNI o la tarjeta de crédito para acceder al local. En principio está previsto su implantación a famosos."
Otra aplicación de los chips espía podría ser mantener bajo control a los maltratadores de mujeres y delincuentes peligrosos ex-convictos o en libertad condicional.
Echemos un vistazo al ¿mundo feliz? del año 2104. Todos los objetos, animales de compañía y personas están identificados por un chip que les mantiene localizados en todo momento. Si entro en el comedor y me siento en el sofá el Gran Hermano enciende la tele y sintoniza el canal de deportes por mi, pero si entran mis hijos bloqueará temporalmente el canal de pelis porno. Se encarga de conducir los coches y de dirigirlos por los itinerarios más convenientes, ya que tiene todo el parque móvil localizado y puede asegurar siempre un tráfico fluido, evitando de paso casi todos los accidentes de tráfico. Incluso se encarga de tirar de la cadena cuando me alejo un metro del inodoro.
En este mundo artificial el hombre ya no piensa, simplemente vive. No hay preocupaciones, no hay problemas, simplemente disfrutamos de la vida, el Gran Hermano toma las decisiones por nosotros, él vela por nosotros, nos cuida, nos protege. No hay nada que mejorar ni nada nuevo que crear ya que el sistema actual es el mejor sistema que jamás haya existido. Y sin embargo, ¿por qué algunos nos sentimos tan desdichados, tan vacíos?
¿Qué es el Gran Hermano? (¿Qué es Matrix? ;-) ) Control. Un enorme mundo monitorizado por ordenador, construido para mantenernos bajo control y convertir al ser humano en un esclavo atrapado en una prisión que no puede ni oler ni saborear ni tocar. Una prisión para su mente.
Quién controla el sistema es lo de menos. Las máquinas, una sola persona, un gobierno, las grandes corporaciones... no importa. Lo que importa es que solamente vemos lo que se nos enseña y solamente hacemos lo que se nos deja hacer. El Gran Hermano lo sabe todo (la información es poder) y decide qué es lo que existe y lo que no existe.
Volvemos al presente. Evidentemente he descrito un futuro completemante irreal y espero que altamente improbable aunque da para una novela de ciencia ficción, pero la idea principal es que la información es poder y quién controla la información controla el mundo. Los chips espía son un gran avance tecnológico que puede traer grandes beneficios a nuestro estilo de vida, pero el sistema y toda la información que maneja deben de estar completamente regulados para evitar algo parecido a ese futuro de 2104, y que yo sepa de momento no existe esa regularización, ni en EEUU, que es donde más se está implantando, ni en España.
Todos los datos que son manejados por RFID son sensibles de ser protegidos y deberían entrar dentro del ámbito de la LOPD (Ley Orgánica de Protección de Datos). Y cuando digo todos quiero decir todos y no solamente los chips asignados a las personas directamente. Puede que un chip insertado en una caja de antidepresivos de una farmacia no contenga información que necesite ser protegida, pero si esa caja se encuentra dentro de mi bolsillo en ese momento ya se trata de información personal que no debería de estar al alcance de cualquiera y que debería ser protegida de la misma forma que el resto de datos personales.
Cada día que pasa los sistemas de vigilancia se encuentran más y más integrados en nuestra vida cotidiana. Cada día estos sistemas vulneran el derecho de presunción de inocencia de cada persona; para estos sistemas somos todos presuntos culpables. Estos sistemas nos son muy útiles pero siempre y cuando se encuentren fuertemente controlados y regulados, ya que si dejamos que actúen sin ningún tipo de control (me refiero siempre a control público) acabaremos perdiendo algo tan precioso como nuestra intimidad y nuestra libertad.
Para acabar citaré una parte del anuncio de la reposición del programa Presuntos culpables que se ha publicado recientemente en Kriptópolis: "Una de las mayores paradojas de la sociedad en que vivimos, es que a mayor libertad de información y mayor capacidad de comunicación, gracias a las nuevas tecnologías, los ciudadanos están más vulnerables frente a su derecho a la intimidad y más desprovistos de recursos para controlar sus datos más personales ya sean fiscales, genéticos o de la propia imagen y voz."
Que no nos quedemos dormidos.
Fuentes: