La pastilla roja no es tan roja
Pastilla azul, fin de la historia. Despertarás en tu cama y creerás lo que quieras creer.
Pastilla roja, seguirás en el País de las Maravillas y yo te enseñaré cómo de profunda es la madriguera del conejo... Recuerda, tan sólo te ofrezco la verdad... Por supuesto, ni se te ocurra copiar esta pastilla y ni pienses en modificarla.
A estas alturas casi todo el mundo estará ya al tanto del lanzamiento de La Pastilla Roja de Juantomás García (Presidente de Hispalinux) y de Alfredo Romeo (Director General de Open:Service) y de su presentación en varios lugares del país.
Citando de la web del libro: En el año 2003, la implantación de la Sociedad del Conocimiento en España puede considerarse un fracaso. Con unos ratios de penetración tecnológica ínfimos, nuestra sociedad está desaprovechando las posibilidades que el estado de la tecnología permite. Frente a esta situación, el Software Libre emerge como solución catalizadora para abrazar la Sociedad del Conocimiento en su conjunto. La Pastilla Roja pretende mostrar la tecnología existente y las oportunidades que ofrece al conjunto de la sociedad.
Por supuesto y como defensor acérrimo del software libre y de todo lo que ello implica estoy completamente de acuerdo con las ideas que en principio se exponen en el libro y aunque no lo he leído todavía espero hacerlo en breve.
Sin embargo, el hecho de que esté a favor del contenido del libro no quiere decir que me guste el continente usado. Y es que La Pastilla Roja tiene la misma licencia que cualquier otro libro, Copyright Todos los derechos reservados..., etc, etc.
El porque de esta decisión de los autores se escapa a mi entendimiento, máxime teniendo en cuenta que ambos llevan trabajando en el mundo del software libre (o por qué no, el mundo libre en general) desde hace ya muchos años. La verdad es que podrían haber aplicado en su publicación las mismas ideas que ellos mismo exponen.
Además, como de momento el único medio de distribución es el papel, si realizamos alguna copia de una parte del libro o del libro entero, por supuesto con el consabido permiso de los titulares de los derechos del libro, deberíamos pagar el también consabido canon de las fotocopiadoras y volver a agachar la cabeza ante aquello contra lo que tanto luchamos.
Si realmente los señores autores de La Pastilla Roja son coherentes con las ideas que profesan y estoy seguro de que lo son, les invito a que modifiquen lo más pronto posible los derechos de su obra, adaptándolos a la Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 1.0, por poner un ejemplo, que como muy bien explica D. Jorge Cortell-Albert permite copiar, reproducir, mostrar públicamente y modificar las obras siempre y cuando se cite al autor, no se use para fines comerciales sin el consentimiento del mismo y las obras derivadas se mantengan bajo la misma licencia.
De momento, y por mucho que me pese, tengo que admitir que aunque esta pastilla es de color rojo el papel del envoltorio sigue siendo azul. Espero fervientemente que sea temporal.